Una mañana, los habitantes del otro lado encontraron, en lo que ellos llamaban su territorio, una pelota. No era como las suyas, no estaba hecha igual, ni la materia ni el color, no tenía marca. Venía «del otro lado».
Este espectáculo habla de muros, vallas, baldosas y un puente. De los muros que pintamos, de otros que saltamos. Sobrepasar, contornear o socavar el muro para encontrar lo que necesitamos. Una metáfora de las fronteras, de las visibles y de las invisibles. Un muro que no separa sino que juega como eje de simetría: a ambos lados, dos personajes se buscan, juegan, se necesitan, comparten idénticas ilusiones y los mismos miedos.
Entrada: 5 € anticipada / 7 € taquilla