La «Nit de la Cremà» en jueves prende fuego al sentido común

fallas de gandia

Este año el día grande de las Fallas, la Nit de la Cremà, cae en jueves por lo que la mayoría de actos y eventos importantes de la fiesta se celebrarán en días no festivos. Así pues, las expectativas del sector turístico son poco optimistas en cuanto a la llegada de visitantes y por consiguiente, en el impacto que las Fallas generarán en la actividad económica de la ciudad. Uno de los principales indicadores, las reservas en los hoteles, confirma estas previsiones, ya que anticipan que apenas se producirá un incremento en la ocupación durante estos días.

Hace unos años el gobierno de la Generalitat Valenciana intentó poner sobre la mesa el debate de trasladar la Nit de la Cremà al tercer lunes de marzo y fijarla en este día, invariablemente, coincidiera o no con San José. Esta iniciativa, que encontró el apoyo social mayoritario y de los sectores económicos, sin embargo fue rechazada desde el ámbito fallero.

Según la Junta Local Fallera de Valencia, tal propuesta no respetaba la tradición e iba en contra del carácter popular de la fiesta. Y la idea quedó en el limbo porque las Fallas se han convertido en un lobby temido por los gobernantes, a quienes les produce pánico tomar decisiones que puedan provocar un enfrentamiento con este colectivo.

En Gandia, las Fallas son el acontecimiento festivo con mayor proyección del calendario turístico anual. En el actual contexto económico el sector del turismo ha adquirido un importantísimo valor estratégico, pues a pesar de las embestidas de la crisis, está actuando como dinamizador del mercado laboral, motivo suficiente para considerar una irresponsabilidad no aprovechar y explotar  al máximo cada recurso de su oferta.

Así las cosas, el cambio de fechas de las Fallas es un debate obligado que necesariamente debe liderar la Administración y que ha de atender, por encima de cualquier otra consideración, a los intereses de la ciudad. Dejar este asunto en manos de las comisiones falleras es un error, ya que son parte y no se les puede otorgar también el poder de decisión último como se ha hecho hasta ahora. No se puede tolerar que la cerrazón de unos cuantos cause un prejuicio económico tan importante. Y menos en estos tiempos. Las Fallas obligan a las administraciones a un esfuerzo de los recursos públicos y es exigible que esto genere un retorno en la sociedad.

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