La Playa del Ahuir es la zona litoral de lo que fue la antigua Dehesa de la Safor. Las dunas que conforman su paisaje se encuentran protegidas por barandillas, cuerdas y puentes peatonales, unas precauciones necesarias ante la gran afluencia de turistas que recibe la zona en verano. No olvidemos que nos encontramos ante uno de los últimos cinturones dunares del Mediterráneo.
Posiblemente nos resulte sorprendente encontrarnos dunas tan llenas de vegetación, pero hay que tener en cuenta que se trata de especies muy exclusivas y delicadas, acostumbradas a vivir en unas condiciones extremas que van desde arraigar en suelo arenoso, con un mínimo de humedad y sin materia orgánica, hasta soportar los frecuentes vientos abrasivos y cambios de temperatura.
El Marjal de Xeresa, un terreno húmedo y pantanoso, hace entre 5.000 y 10.000 años era una albufera, como la de Valencia, que por el proceso de formación de una barrera dunar en la costa durante siglos, quedó aislada. Con el tiempo, el agua del mar se fue filtrando en la tierra, perdiendo la salinidad, y recibiendo el aporte de agua dulce de la lluvia, de los barrancos que provienen del Mondúver o del río Vaca y los ullals o manantiales . Dado el alto nivel freático del agua subterránea (prácticamente a nivel del mar), el área suele encontrarse inundada, sobre todo en otoño y primavera, drenando el exceso en el mar tanto por las aguas subterráneas como a través de las acequias.
En este enlace puede seguir una ruta que le llevará a conocer este bellísimo entorno.
Fuentes: www.auntirdepedra.com
Fotografía: Óscar Martí
