Utiliza un registro visual de la participación femenina en las protestas públicas en todo el mundo. Los dibujos están basados en fotografías de prensa y medios alternativos, y sirven como un testigo de las luchas feministas, así como del papel fundamental de las mujeres en los movimientos sociales. En esta versión se centra en las protestas por el cambio climático, subrayando la intersección entre feminismo y activismo ecológico.
La instalación reúne una extensa selección de dibujos en los que la artista ha trabajado durante los últimos años, centrados en las acciones contra la crisis climática en todo el mundo. El objetivo es amplificar las voces de los colectivos y movimientos de base que luchan por nuestro planeta. Esta exposición continúa el diálogo iniciado por Acha-Kutscher sobre la participación de las mujeres en las luchas sociales, destacando ahora su papel crucial en la acción climática en defensa de la naturaleza y la biodiversidad.
Esta exposición forma parte de un interés por registrar los lenguajes visuales y performativos dentro del imaginario de la lucha activista, como los disfraces y las pintadas que permiten a quienes los portan trascender su identidad para defender una causa. Son una parte vital de los movimientos sociales y afectan nuestro pensamiento de maneras sutiles pero poderosas, creando imágenes que evocan una respuesta emocional y se convierten en símbolos duraderos.
María María Acha-Kutscher nace en Lima, Perú en 1968. Nacionalizada española. Después de trabajar en el mundo de la publicidad en la Ciudad de México se traslada a Madrid en 2001, donde vive actualmente e inicia su carrera artística. Desde su llegada a España, Acha-Kutscher se ha vinculado a la escena de arte independiente y ha estado involucrada en los debates sobre las políticas culturales de Madrid y derechos de los artistas. Desde 2003, codirige junto con Tomás Ruiz-Rivas el proyecto experimental Antimuseo.
El eje principal del trabajo de María María son las mujeres: su historia, las luchas por la emancipación y la igualdad, así como la construcción cultural de la feminidad. Partiendo del dibujo o el collage fotográfico, la artista crea extensos archivos que representan, a su vez, un intento constante de mantener nuestra memoria en una sociedad que impulsa su disolución. Con el sistema patriarcal en el punto de mira, su obra se convierte en un instrumento de lucha política, pero también en un testimonio de las preocupaciones y demandas de los movimientos feministas contemporáneos.
HASTA EL 27 DE SEPTIEMBRE